La SOLUCIÓN (y lo sabéis) no es la vuestra, qué más quisierais

Han pasado ya 3 años. Tres años ya con este drama a cuestas y sin demasiadas esperanzas de que la cosa comience a remontar pronto por el camino que seguimos.

Durante este periodo de tiempo he podido conocer, como muchos otros, pero desgraciadamente muchísimos menos de los que deseara, el cuando, el cómo y el por qué de este desastre; también he podido identificar, si no particularmente -que en algunos casos sí-, sí colectivamente a los principales responsables. La mala hiel rezuma cuando observo cómo siguen como si la cosa no fuese con ellos, sin responsabilizarse de nada, sin que nadie les responsabilice y lo peor, continúan al frente de las infraestructuras económicas y financieras que deben ser los motores para salir de este trance. Eso jode…

He observado también cómo los correctivos han sido para todos menos para los que deberían contribuir más: culpables, por acción o por omisión, y pudientes -¿Hablo de los mismos?-. Es más, moviendo adecuadamente las corrientes de opinión, se ha conseguido desviar la atención de la realidad sucedida y que los pringaos nos echemos mierda los unos a los otros para regocijo de los que mueven los hilos. hace un rato veía en la tele cómo algunos políticos están mendigándoles compromiso en lugar de dar un golpe en la mesa y obligarlos por ley a que asuman su parte de la carga: las cosas se les piden por favor, n’est-ce pas?

Una vez puesta la cortina de humo, se acabaron los acojones de los que la cagaron ofreciendo dinero a quien SABÍAN que no pagaría -y no les importaba, ese es el truco, porque conseguían así engrosar su cuenta de haberes, aumentar ese fondo con el que por ley tienen que asegurar que nos devolverán nuestro dinero si decidiésemos retirarlo del banco, y finalmente dinero de los Bancos centrales al 1-1.5% (entérate mejor aquí), para moverlo o, en los últimos tiempos prestárselo a los Estados al 5 o al 6%…Qué negocio!!-, porque han comprobado cómo los políticos, en lugar de pedirles cuentas, les proporcionaban liquidez desde el sistema público: ¡Es que tiene guevos la cosa: después estos marrajos devuelven la pelota diciendo que el déficit del Estado es insoportable!

Pero además, lo peor es que se les ha proporcionado barra libre para que desde ahora y hasta el fin de este modelo económico, tengan la tranquilidad de que pueden hacer los disparates que quieran que les va a salir gratis al final, porque lo pagaremos entre todos.

Se que algunos podríais pensar que caigo en la exageración, pero pensad en esto: con sólo proporcionar pasta a un interés ridículo ya nos está costando por doble vía, porque se pierde el interés que se ha dejado de cobrar y además porque el estado se endeuda aún más, lo cual no gusta…Je! A los propios mercados, o sea, a los que les hemos dejado la pasta! ¡Qué grande!

Déficit…la palabra asusta porque la equiparamos al débito de nuestra economía familiar…pero no es así. El déficit controlado es asumible por la economía de un país…sobre todo si tuviésemos capacidad de control sobre la inversión del gasto, o sea, que pudiésemos vigilar dónde se gasta de manera directa, sin tener que pasar por la patraña de los programas electorales, que ni se cumplen ni se penalizan, como medio de conocer en qué se quieren gastar los cuartos.

Para afrontar este desastre, hay dos recetas básicas:

  • En principio se optó por la solución Keynesiana: hay que impulsar el crecimiento económico aún a fuerza de incrementar el déficit, porque lo que crea empleo es el crecimiento económico, no el saldo contable. Con esta solución, que tanto nuestro Gobierno como el de los EEUU adoptaron, se pretende impulsar la creación de empleo aumentando la tasa de crecimiento aún a costa del incremento del déficit público, y no es una cosa de locos: ya se hizo en la crisis del 29 del siglo pasado.
  • La otra opción, la Friedmaniana, apuesta por un control férreo del déficit público (a la vez que una liberalización total de los mercados) y nos ha sido impuesta desde el núcleo conservador de la UE, el eje franco-alemán. Parece que sus bancos tienen demasiados intereses en los PIGS como para admitir un default y ni de coña están dispuestos a asumirlo: que se jodan los ciudadanos y que asuman la carga…nada para los que autorizaron los crédito; estos, de nuevo, de rositas.

La cuestión es conocer ésta, que es la receta que se nos está aplicando, además de dolernos, que ya sabemos   (¿Seguro que sabemos?) cuánto duele, nos va a poder curar: y aquí me sobreviene el ataque de mala leche, porque, que uno sepa, esto NO HA SERVIDO PARA NADA hasta ahora, salvo para contraer aún más el tejido productivo. ¿Es poco tiempo? ¿hace falta más caña? Decidlo, si es que hay bemoles para ello…

Los bancos cierran el crédito a los pringaos porque ahora estarán muy ocupados prestándolo a los Estados, o tapando los boquetes inconfesables, vaya usted a saber. Desde luego, el capital no circula por la calle.

Y así todo, hay quien piensa que la culpa es nuestra, es decir, de los que pidieron sin saber cómo iban a pagar, o de lo que se gasta el Estado…en funcionarios…

(por cierto, a ver si distinguimos ya de una vez entre empleados públicos y funcionarios: estos son un grupo de empleados públicos pero NO los únicos, pues existen laborales, externos, contratados por obra y servicio…es un abanico grande y que contiene tanto a trabajadores pagados directamente por las diferentes Administraciones, como a trabajadores de EMPRESAS PRIVADAS -Sí, sí- que realizan labores que la Administración poco a poco y cada vez más, va externalizando. Cuando se habla de “funcionarios”, con todo el conocimiento por parte de muchos interesados. se habla de todos ellos. Un ejemplo: yo he trabajado en un Servicio en el que funcionarios eramos 7 de un total de 40-45 trabajadores; el resto era de empresas privadas -la mayoría, unos 20- y de alguna empresa pública)

¡Ja! De nuevo, somos títeres de quienes se lo llevaron y se lo siguen llevando calentito a nuestra costa: el objetivo es destruir el Estado del Bienestar, para proveer por la vía privada lo hasta ahora proporcionado por lo Público: sanidad, educación, servicios sociales… vaya negocio!

¿Paranóico? Pues ahí tenéis el acuerdo de los 2 grandes para modificar la Constitución, por guevos y por la vía de las prisas, que se nos cabrean los mercados. ¿Y por qué no me gusta? Pues porque además de la reducción del déficit se prioriza el pago de la deuda y sus intereses a cualquier gasto, por norma de más alto rango…y esto si que es lamentable. Ya han comenzado a desmontarlo, y no podemos seguir mirando incrédulos, como pasmarotes.

Y hay opciones, opciones que hay que asumir pronto pero que implican plantarse y decir NO a estas alimañas que sólo miran números y son -o se sienten-, como otros, irresponsables de sus actos.

No me olvido de vosotros, la oposición, los que no habéis hecho otra cosa que poner piedras, escurrir vuestra responsabilidad en momentos críticos y dejar de preguntaros lo que podíais hacer por nosotros, que no era ni mucho menos pedir dimisiones o elecciones. Vosotros SI que sabéis, o al menos deberíais saberlo, por dónde vienen los tiros, que vienen de fuera y contra melones -en forma de urbanizaciones, campos de golf, etc- regados por vosotros también tiempo atrás, no sólo regados por ZP.

PLEASE: echadle un ojo a éste documental de Naomi Klein: muestra una visión inquietante pero plausible de la realidad económica actual, así como su solución: echarnos a a la calle y pararle los pies a la panda de golfos especuladores exigiéndoselo a nuestros políticos, como tiene que ser.